Yo no Invierto, ¡Especulo!

A mi entender, hay una gran diferencia entre invertir y especular. En un principio, invertir es adquirir bienes con la intención de mantenerlos indefinidamente como propios y obtener con ello una rentabilidad por su posesión. Así, podemos invertir en inmuebles para obtener una renta de alquileres o en acciones de empresas para obtener una participación en los beneficios de las mismas, etc.

Especular, es otra cosa bien distinta; no adquirimos el bien con vocación de permanencia, sino que, lo adquirimos porque cuando lo hacemos creemos que está a un precio inferior al que se puede pagar pasado un periodo de tiempo o desplazado a un lugar distinto del que se produjo. Es decir, compramos para vender con el fin de obtener un beneficio con la diferencia entre el precio de venta y el precio de compra. Nuestra intención no es quedarnos con el bien o producto. En una palabra, al bien o producto en sí mismo, no le tenemos ningún aprecio, casi nos estorba, deseamos tenerle el mínimo tiempo posible, solo buscamos el resultado de su compraventa. Cuantas profesiones con actividad especulativas hay a nuestro alrededor y las consideramos dignas y honradas, ¡verdad!

Por esta razón, me hace gracia cuando alguien, que actúa de la manera descrita en el último párrafo se denomina así mismo inversor. ¡Por favor!, no tengamos reparos en usar el vocablo de especulador, y si lo somos, por que así lo hayamos decidido libre y voluntariamente, que sea a mucha honra para nosotros mismos, para el gremio y para el conjunto de la sociedad. Aunque "especular" tenga connotaciones peyorativas y tenga muy mala prensa, pienso que todo ello es debido a un mal uso del lenguaje, pues, en un sistema económico de mercado, que es en el que se mueve practicamente la totalidad de la economía mundial, la figura del especulador es completa y totalmente necesaria. Es un agente económico que necesita el sistema. Por tanto, solo lo podrán demonizar los antisistema.

Paso a enumerar algunas de las funciones que desempeña el especulador dentro del sistema económico y repito incansablemente la palabra especulador para dotarla de normalidad con su uso y borrarla de la lista de palabras tabúes:



  1. Los especuladores crean mercado y contribuyen a la fijación de precios.
  2. Los especuladores proporcionan liquidez al mercado y favorecen las transacciones económicas.
  3. Los especuladores descargan de riesgos a otros agentes económicos al asumirlos ellos mismos con la compra de bienes y productos.
  4. Los especuladores dotan de una mayor utilidad a los bienes o productos que adquieren al desplazar estos en el espacio o en el tiempo.
  5. Los especuladores, como cualquier actividad económica que dota a los bienes o productos de mayor utilidad, son creadores de riqueza.
  6. La actividad de la especulación es generadora de empleo o de autoempleo en el caso de que esta se realiza en pequeña dimensión.
  7. Los especuladores dinamizan el comercio y favorecen la estabilidad de los precios.
  8. Los especuladores contribuyen a que no exista escasez de bienes y productos.
  9. Los especuladores en su actividad, arriesgan su capital a cambio de obtener un rendimiento y ello proporciona vía impuestos una utilidad para la sociedad en su conjunto.
  10. Y por último, como alguien dijo, "si no existiera la figura del especulador habría que inventarla.
Por tanto, dedicarse a especular es una tarea tan digna, como cualquier otra, igual que dedicarse a invertir; pero no confundamos los términos y vamos a llamarnos inversores cuando realicemos actos de inversión y especuladores cuando nuestra actividad sea comprar y vender bienes o productos. Desarrollar una actividad de compraventa cuando empleas tu propio dinero, asumes  los riesgos inherentes a la propia actividad, utilizas la información que te proporciona el mercado y que es de dominio público, pagas como un caballero por tus propios errores y recibes la recompensa apropiada por tus aciertos, es una actividad gratificante y digna de desarrollar, pero como todo en la vida, solo por aquellos que con ilusión, trabajo, esfuerzo, aprendizaje y responsabilidad están dispuestos a tomárselo en serio y convertirlo en una actividad profesional. Entonces, ¿por que hemos de disfrazar nuestra labor especulativa bajo la denominación de actividades de inversión?.

Por otro lado, no llamemos especulador sino "delincuente" a aquel que disponiendo de una información privilegiada o teniendo capacidad y poder para manipular los precios, desarrolla cualquiera de estas acciones en beneficio propio. A esta figura no podemos llamarla especulador y estas acciones tenemos que catalogarlas como delictivas. Delito que siempre habrá que perseguir y castigar. Entiendo que cuando saltan este tipo de noticias a los medios, es cuando la sociedad empieza a confundir  el  término de especulador y directamente lo asocia con el término de  vulgar delincuente. ¡Dignifiquemos la figura del especulador!, no tengamos ninguna objeción en llamarnos así mismo especuladores si practicamos esta actividad. Ser especulador no es motivo para avergonzarse. Estoy pensando que, cuando me profesionalice, pondré en mi tarjeta de presentación: Fulano de Tal y Tal, Especulador.

Otra cuestión importante son los recursos financieros con los que se cuenta y podemos dedicar a la inversión o a la especulación, sin poner en riesgo nuestra supervivencia económica. Evidentemente, para ser inversor es necesario mucho más capital que para ser especulador. Este último lo que hace es rotar la cuenta infinitamente más veces que el primero. Ahí está el secreto para obtener con menos capital más rendimiento. Principalmente por esta razón, a mi, personalmente, no me queda otro remedio que ser especulador, la falta de capital me hace ser especulador por obligación, y en ser un exitoso y honrado profesional de la especulación estoy poniendo todo mi empeño.

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